El CEO se Entera de Mis Mentiras

El CEO Se Novela 371



Capítulo 371

Camila dijo lentamente, -Héctor, acabas de ver mi cuerpo desnudo.

Héctor la miró, -No lo hice.

-¿Aún te justificas? ¿No me miraste justo ahora?

Héctor pensó resignadamente, él miró, no está ciego.

El rostro bonito y delicado de Camila estaba cubierto por un rubor, solo de pensar

en ese

momento se sentía avergonzada y molesta, ella pensaba que Raquel había venido, pero resultó

ser él.

-¿Qué viste y qué oíste hace un momento?- preguntó Camila.noveldrama

Héctor permaneció en silencio, no dijo nada.

Camila odiaba cuando él la ignoraba y no hablaba, -¿Te has quedado mudo?

Héctor, -Dijiste que querías un pecho de talla D...

¡Ah!

Camila gritó y, poniéndose de puntillas, le tapó la boca para que no hablara. -¡No hables más!

La mano pequeña de la chica de repente lo cubrió, y la distancia entre ellos se acortó instantáneamente, Héctor miró sus hermosos ojos, sus ojos eran brillantes y llenos de luz, como la primera vez que la vio.

Ese día llovía, él la había salvado sin intención, en ese entonces ella tenía una marca de nacimiento en su rostro, pero sus ojos eran tan hermosos como ahora.

Héctor tomó su mano pequeña, -No quiero hablar, fuiste tú quien insistió.

Camila dijo enojada, —¡...y aún hablas!

Héctor respondió, -Entonces me iré.

Él quería salir.

Pero Camila estaba bloqueando la puerta, no dejándolo salir, -Héctor, has visto

mi desnudez, ¿qué piensas hacer al respecto?

Héctor miró a esta chica terca, -¿Qué quieres hacer?

Camila pensó un momento, -Viste mi desnudez, yo también debería ver la tuya, eso sería

Capítulo 371

justo.

Héctor se resignó.

Camila estaba provocada por el desafío, él siempre era tan frío y la ignoraba, ¿por qué debería ser la única avergonzada por ser vista desnuda? Ella también quería verlo desnudo.

Camila estiró la mano y agarró el borde de su camiseta blanca, levantándola.

Pero la gran mano de Héctor se extendió y sujetó el borde de su camisa, - ¡Camila!

Los ojos de Camila se iluminaron, sonrió dulcemente. Así que él sabía que se llamaba Camila.

-Héctor, así que sabes cómo me llamo, pensé que no lo sabías, ahora quiero verte sin camisa.

Camila tiró con fuerza del borde de su camisa.

Pronto, su piel morena quedó expuesta. A diferencia de su piel blanca y delicada,

él tenía un tono bronceado saludable.

Tenía abdominales en su cintura, Camila lentamente levantó la camisa lentamente, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, seis bloques de abdominales.

Él realmente tenía seis bloques de abdominales.

Su cintura era estrecha y musculosa, y debajo llevaba un pantalón largo negro, el pantalón tenía cordones, y la perfecta línea de Adonis se sumergía en el pantalón, provocando imaginaciones.

Camila siguió levantando la camisa, y pronto vio las cicatrices en su cuerpo.

Había muchas cicatrices en su cuerpo, innumerables cicatrices entrelazadas, algunas profundas, otras superficiales, había viejas cicatrices con nuevas heridas.

¿Cómo podía alguien tener tantas cicatrices en su cuerpo?

Camila extendió la mano hacia las cicatrices en su cuerpo.


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