Capítulo 20
Capítulo 20
Capítulo 20
Mikhail observaba a su esposa hablar con su mejor amiga cuando vio a su suegro acercarse a su hija, iba acompañado de otra chica. -Felicitaciones, hija, aunque me hiciste pasar vergüenza lograste el objetivo, eres una Kuznetsov -expresó Iván.
Jelena pensó que no pudo felicitarla sin meter una queja. -Te deseo mucha felicidad, hermana -dijo Natalia. Rania se retiraba con discreción cuando sintió la mano de Jelena tomándola por el brazo para que no se marchara y la dejara sola con ellos. -Padre, obedecí su mandato, espero que de ahora en adelante Karlen se quede todo el tiempo conmigo.
-Eso no fue lo que acordamos, Jelena, pero no me importa dejarlo más tiempo con tu esposo y contigo, siempre y cuando pase al menos dos semanas al año conmigo. Estoy seguro de que mi hijo querrá volver a su casa más seguido de lo que tu piensas.
-Solo deseo la promesa de que, si Karlen desea quedarse conmigo, usted no interferirá.
-La tienes.
Jelena se giró a mirar a Natasha sus ojos azules le mostraban la misma falsedad que en el pasado.
-No somos hermanas.
-Sí lo somos, papá me adoptó legalmente cuando tu te marchaste. ¿Nunca se lo contaste, papá? - preguntó Natasha tomando a Iván por el brazo.
-No tuve oportunidad, cariño, Jelena y yo no nos hemos visto muy a menudo. Jelena apretó los dientes ante la situación, su padre no solo la utilizó como un peón en su tablero de negocios, si no que también la sustituyó dentro de la familia.
-Papá pudo haberte adoptado, pero eso no te hace mi hermana, hay familia a la que en definitiva hay que echar de tu vida y amigos que se convierten en familia.
Dicho esto, se giró para marcharse cuando se topó de frente con Mikhail. -¿Todo bien, esposa? - preguntó solicito mirando por encima del hombro de Jelena a Iván y Natasha.
-Sí -respondió Jelena con la barbilla levantada, no necesitaba que su esposo peleara sus batallas, ella sola se bastaba para poner a su padre y a Natasha en su lugar -acompáñame a saludar a mis primas, tengo años sin verlas y vinieron de Rusia para la boda.
El banquete y el brindis se prolongó durante algunas horas, Jelena pensó que después de cumplir con el protocolo había llegado el tiempo de divertirse. Su padre, su esposa y su nueva hija se habían marchado después del ultimo brindis. A juzgar por sus caras, los tres estaban furiosos por haber sido ignorados por los Evans y los Kuznetsov.
Iván pensó que algún día le pagarían por esa humillación.
***
Jelena se encontraba en medio de un grupo de mujeres hablando y riendo cuando vio a Beatriz acercándose a ella. Había tantas personas en la recepción que no la había visto, se sorprendió porque le había pedido a Mikhail muy claramente que no la invitara. Aunque el termino pedir se había quedado corto, en realidad se lo ordenó bajo amenaza de armar un escándalo si la mujer asistía a su boda, por lo que estaba segura de que él no lo hizo.
-¡Cómo se atreve! -dijo Jelena furiosa. -¿Qué sucede? -preguntó Rania, antes de mirar a su alrededor, al ver a Beatriz endureció sus facciones.
-¿Qué haces aquí? No eres bienvenida – Jelena habló entre dientes.
-Vine como invitada de Benjamín O’Brien, quería ver…
-Eres una descarada por aparecerte en mi boda cuando… Jelena se interrumpió cuando Rania clavó sus uñas en el brazo de Beatriz y tiró de ella para alejarla, su amiga le dijo unas palabras al oído y la solto. Mientras observaba la escena, la novia hizo una seña al personal de seguridad y le pidió escoltar a Beatriz a la salida. Su amiga regresó muy ufana mientras la mujer se marchaba furiosa.
Benjamín que se había mantenido unos metros más allá salió detrás de Beatriz.
-Listo, como tu dama de honor principal cumplí con mi trabajo y saqué la basura -dijo mientras hacía gestos de sacudirse las manos provocando la risa de Jelena-. Ahora, ¿sirven
alcohol en esta fiesta? Belonging © NôvelDram/a.Org.
-Eso espero -respondió Gema a sus espaldas.
No la había oído acercarse, al girarse, la vio acompañada de Alexa, Ágata y dos de sus primas maternas, su cuñada se reía abiertamente mirando a Rania.
-Oye, eso estuvo muy bien, no soportamos a Beatriz, siempre hemos creído que trata de metérsele por los ojos a Mikhail -exclamó Ágata.
-No sabemos qué vino a hacer aquí, es una mosquita muerta. -Fue la respuesta de Alexa, mientras las demás asentían con la cabeza.
-Una muestra de apoyo familiar, eso merece un brindis -propuso Rania mientras ocupaban una mesa y llamaba a una camarera para que trajera sus bebidas.
Mikhail estuvo compartiendo con sus parientes a los que no veía desde hace años, pero nunca perdió de vista a Jelena. Vio que se estaba divirtiendo en un grupo de mujeres que incluía a algunas de su familia. Sin embargo, quería acercarse a ella y tenerla en sus brazos. Se acercó a su esposa, para entonces, las chicas estaban más allá del estado alegre pese a haber comido del banquete. Mikhail
levantó una ceja al ver el estado de Jelena, sin embargo, una leve sonrisa apareció en sus labios cuando ella se arrojó a sus brazos.
-¿Sabes que eres el esposo más hermoso que tengo? – preguntó arrastrando las erres ante la risa de los presentes.
– Y espero que el único que tengas –respondió sonriendo.
-Sííií, y yo espero que solo me tengas a mí como mujer, porque si no, puedes jurar que seré la peor pesadilla de tu vida -afirmó con alegría provocando las risas de todos los que los rodeaban.
Mikhail recordó que las palabras de Jelena de que quería divertirse y la llevó a la pista de baile, La orquesta tocaba música bailable. La novia levantó su falda y comenzó a bailar ante su esposo que le seguía el ritmo, varias parejas se unieron a ellos.
La celebración de su boda terminó siendo un acontecimiento feliz. Después de lanzar su ramo de novia a las solteras, Mikhail se había arrodillado ante ella para quitarle la liga de la media y arrojarla a los soltero que, para la risa de los presentes huyeron despavoridos. Un segundo intento logró su objetivo un CEO de la compañía había sido el valiente en recibir el trofeo. Al levantarse, él la había besado, profunda y apasionadamente, delante de su familia, despertando risa y chiflidos entre algunos y, carraspeos y refunfuños entre los más conservadores.
No estaba ebria, estaba alegre, se dijo mientras miraba a los ojos de Mikhail, estos brillaban de un modo que parecía feliz, levantó su mano y la posó en la mejilla de su nuevo marido, bajó la mirada a su boca y luego, seductoramente, levantó sus parpados. La mirada de su esposo se oscureció de deseo y tragó convulsivamente.
-Creo que es tiempo de marcharnos -propuso con voz enronquecida.
-Sí, esposo, estoy de acuerdo contigo y en este momento no hay nada que desee más -aceptó Jelena con voz seductora.
La mejor parte de la noche estaba por comenzar