Capítulo 335
Capítulo 335
Punto de vista de Blake
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Después de que mis dos amigos se fueron, finalmente pude trabajar en paz hasta las 4 de la tarde..
Noah y Hedwig habían dejado la escuela de hombres lobo. Le pedí a Dowen que los llevara al centro comercial.
Noah y Hedwig salieron del auto y no encontraron a nadie en el pasillo. brillantemente iluminado. Sus ojos negros se abrieron de incredulidad.
-Noah, ¿por qué no hay nadie aquí? ¿Papá nos trajo al lugar equivocado?– Hedwig sintió instantáneamente una sensación de pérdida.
Noah miró a su alrededor con sus grandes ojos y dijo: -No. ¿Ves? Las tiendas de arriba están abiertas.
Mientras Noah y Hedwig hablaban entre ellos, yo ya me había agachado y los había seguido fuera del auto.
-Papá, ¿dónde está la gente aquí? ¿Cómo es que no hay nadie aquí? ¿Los han llevado los monstruos? ¡Tengo mucho miedo!– Hedwig se aferró firmemente a mi fuerte brazo mientras ponía sus dos cortos brazos alrededor de mi cuello. Miraba a su alrededor en pánico.
Las palabras ingenuas y sinceras de Hedwig divirtieron inmediatamente a mis subordinados.
La consolé: -No los han llevado. Simplemente no pueden entrar aquí hoy. Exclusive content © by Nô(v)el/Dr/ama.Org.
-¿Por qué?– Cuando Hedwig escuchó mis palabras, se sintió un poco aliviada. Ya no estaba inquieta como antes.
Henry,
los que también estaba alli, explico con una sonrisa: -Porque ustedes dos son
los únicos invitados en todo el centro comercial hoy.
Noah y Hedwig se sorprendieron. Hedwig estaba tan impactada que su pequeña boca estaba abierta de par en par. Sus grandes ojos parpadearon. -Papá, ¿eres dueño de este centro comercial?
.Si. Mirá la expresión impactada de Hedwie y sonrei
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Capitula 335
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-Papa, no nos vas a comprar algo? No te quedes ahí parado. Vamos a ver-, dijo apresuradamente Noah.
Hedwig se puso ansiosa de inmediato. -¡Sí! ¡Así es! Quiero comprar algo. ¡Papá, déjame en el suelo!
No tuve más remedio que poner a Hedwig en el suelo. Antes de que aterrizara, saltó y corrió hacia una tienda de juguetes para niños que no estaba lejos.
La vi correr y no pude evitar sonreír felizmente de nuevo.
-Henry, estoy mimando demasiado a los niños?– Los miré en la tienda de juguetes y de repente pensé en lo que Catherine había estado regañando todo el día.
Siempre decia que Noah y Hedwig eran demasiado jóvenes y que no debía consentirlos demasiado. Decía que podía darles mucho amor mentalmente, pero debía controlarme cuando se trataba de recompensas materiales.
-Rey Blake, es solo porque los amas tanto, ¿Ves? Están tan felices.
-Tienes razón. Me gusta verlos felices-, charlé con Henry y fui a la tienda de juguetes.
-Papá, ¿dónde estoy?– Hedwig estaba jugando a las escondidas.
Me quedé atónito e inmediatamente fingí no darme cuenta de dónde estaba. Me uní a su juego.
-Bebé, ¿dónde estás? ¡Papá no puede encontrarte! ¡Sal rápido!– Fingi estar un poco.
ansioso.
Desde un rincón llegaron las risas ahogadas de Hedwig. Se rió.
-¡Hedwig, tonta! Deja de hacerlo. ¿Recuerdas lo que te dije?– Noah se acercó y sacó a Hedwig del montón de juguetes.
Hedwig se quedó congelada y lo apartó. -Noah, eres tan molesto. Estoy jugando a las escondidas con papa. ¿Por qué me sacaste? Papá aún no me ha encontrado.
Noah rodó los ojos y dijo: -Papá solo estaba fingiendo que no te encontraba. ¿De verdad crees que estabas escondiéndote tan bien?
-Hedwig, elige algunos de tus juguetes favoritos. Y luego vamos a otro lugar-. Noah
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había empacado una gran cantidad de sus juguetes y modelos de máquinas. favoritos.
Hedwig parpadeó con sus grandes ojos. Viendo que Noah había agarrado tanto, ella inmediatamente miró a su alrededor y finalmente llegó a una conclusión.
-Todos los juguetes aquí son mis favoritos. ¿Puedo llevarlos todos?
Noah se quedó atónito y me miró salir de detrás del estante.
Estaba a punto de decir que sí, pero Noah regañó inmediatamente a Hedwig como si fuera un adulto. -Mamá se enojará si tomas tantos. No seas tan codiciosa. Solo elige unos pocos. Siempre puedes pedirle a papá que te compre los juguetes que quieras en el futuro.
A regañadientes, Hedwig se acercó y tomó un conejo de peluche y una muñeca. Barbie con un vestido blanco y los sostuvo en sus brazos. -Estos dos, entonces.
Después de ser regañada por Noah, Hedwig ya no era para nada codiciosa.
-¡Vamos a ver más cosas!– La levanté.
-Henry, ¿dónde está la sección de ropa para niños?– Queria comprar algunas ropas para Noah y Hedwig.
Henry ya había investigado minuciosamente el centro comercial y dijo de inmediato: -¡Está en el área norte en el tercer piso!
-Vamos. Vamos a ver la ropa. Compraré ropa bonita para mis bebés-, dije y subconscientemente besé a Hedwig en la mejilla.
En el área de ropa para niños en el tercer piso, nos detuvimos. Después del Hedwig en el suelo, saqué un papel de mi bolsillo del traje.
poner a
Al ver este pedazo de papel desordenado, tuve ganas de romperlo en pedazos. ¿A esa mujer alguna vez le importaron los niños?
-Hedwig, ¿qué tipo de ropa te gusta? ¿Por qué no la eliges tú misma?– Catherine estaba siendo demasiado general. Solo escribió que a Hedwig le gustaban las cosas. rosadas, los vestidos de princesa, etc.
No tenía idea de qué era un vestido de princesa, y la partes. ¿Cuáles eran bonitas y cuáles no?
ropa rosa estaba
por todas
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-Papá, ¿qué tal este?– Hedwig se acercó casualmente a un vestido verde y señaló.
Me acerqué, le quité el vestido y lo apreté contra su pecho. -No. Es demasiado largo,
-Noah, elige la ropa que te guste.
-No. Mamá me compra toda mi ropa. Ella tiene buen gusto-. Noah cruzó los brazos con aires de arrogancia, como si no le interesara comprar ropa en absoluto.
Los mire. Hedwig lucia confundida, mientras que Noah parecía desinteresado.
De repente siento que esta compra fue un fracaso.
-No lo planifiqué lo suficientemente bien. La próxima vez, le pediré a tu mamá que venga con nosotros-. Me dolia la cabeza.
Después de escuchar mis palabras, Noah rodó sus grandes ojos y dijo: -Papá, deberías darle mucho dinero a mamá y dejar que ella nos compre ropa. La ropa que ella elige es la mejor.
-Está bien-. Pensé que era mejor dejar que Catherine vistiera a los niños.
-Papá, ahora que estamos aquí, ivamos a ver más cosas!– Todavía no querían
regresar.
-De acuerdo. Vamos a ver más cosas. ¡Estoy aquí para acompañarlos de todos modos!– Asenti suavemente.
Noah corrió inmediatamente hacia adelante. Hedwig sostenía los juguetes y muñecas que había elegido y lo siguió rápidamente.
Las risas de Noah y Hedwig resonaron por todo el centro comercial. Mis oídos se llenaron de la voz de Hedwig: -Noah, espera por mi… ¡Espera!