Capítulo 699
Capitulo 699
Carol también estaba viviendo su primer amor, y sentia lo mismo que Aspen, pero era mucho más tímida
que él, que no tenia vergüenza alguma
¡No solo había convertido elocuente en amor, sino que también parecía haberle engrosado la cara!
El corazón de Carol latia rápido, y su rostro se teñía de un rojo encendido,
“Ya dije lo sincero, cómo tratarlos depende de ti!*
“Entiendo, tranquila, todos juntos no me llegan ni a los talones, isi no puedo con ellos, mejor me muero!”
Carol, al oír eso, inmediatamente cubrió su boca con la mano, “¡Puaj, puaj, puaj, nada de morir!”
Aspen rio, Original content from NôvelDrama.Org.
Carol lo miró fijamente. “Yo también tengo palabras que no me gustan, no la vuelvas a mencionarlo frente a mi.
Aspen, sin vergüenza alguna, le lamió la palma de la mano, asustando a Carol, quien rápidamente retiró su mano, sonrojándose aún más.
“Tu descarado!”
“Solo quiero una novia, la cara me da igual.”
Carol estaba en shock, “¿…?” ¿Este tipo cambió de personalidad? ¿Era este el hombre que siempre ponía su honor por encima de todo?
Aspen dijo suavemente, “¿Qué tal si tú no mencionas separar y yo no hablo de morir? ¿Trato hecho?”
Antes de que Carol pudiera responder, él escondió su cabeza en su hombro, con un tono algo caprichoso,
“Escucharte hablar de separarnos me duele más que si me pidieras morir, no quiero oírlo, no lo haré.”
Carol se sorprendió de nuevo, ¿por qué sentía que este hombre se había vuelto más infantil?
¿Todos los hombres son así cuando se enamoran?
Carol se ablandó, consolándolo como a un niño,
“Está bien, está bien, ya no lo diré, pero levántate ya, ¡maneja bien! ¿No íbamos a ir de compras?”
Aspen levantó la cabeza, su rostro irradiaba una sonrisa, parecía un niño al que acababan de darle dulces.
Pero en un segundo, jel niño se convirtió en un lobo!
Volvió a cubrir sus labios con los suyos, esta vez no tan dominante como la última vez, pero más seductor.
Su lengua exploró la boca de Carol, mezclándose y jugando, provocando que el corazón de Carol temblara.
Ella ya no podía resistirse a él, cada beso la dejaba completamente embriagada.
Los dos se besaban olvidándose del mundo, hasta que un tráfico los interrumpió…
Carol se sobresaltó y lo empujó, echando un vistazo al policía de tránsito fuera del coche, deseando poder desaparecer de la vergüenza.
Aspen, jadear, tratando de calmarse, bajó la ventana, “¿Qué sucede?”
El policía de tránsito, sorprendido por un momento ante la presencia de Aspen, aunque no lo reconocía, sentía que su aura podía suavizar a cualquiera.
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El policía dijo con voz suave,
“Está prohibido estacionar aquí, pueden multarte. Si no es algo urgente, por favor sigue tu camino.”
“Sí, lo tengo en cuenta.”
Aspen, cooperando, se abrochó el cinturón de seguridad y arrancó el coche, antes de irse dijo, “¿Tienes pareja?”
El policía, desconcertado, tardó un momento en responder, “No todavía.”
“Oh, ¡qué lástima, aún soltero! Yo sí tengo novia, ella está aquí.”
Dicho esto, se fue en su coche.
El policía se quedó atónito, pensando, ¿y qué tiene que ver eso conmigo? ¿Nos conocemos acaso? ¿Qué tiene de especial tener novia?
Después de que la figura del policía desapareció del espejo retrovisor, Carol se atrevió a moverse.
Con un suspiro, giró hacia Aspen, furiosa.
Aspen todavía sonreía, y al verlo sonreír, Carol se enfadó aún más, le pellizcó con fuerza.
Aspen gritó de dolor, “Me equivoqué, no volveré a besarte en esta calle.”
Carol, “…” ¿Esa es una disculpa? ¿Significa que seguirá haciéndolo en otras calles?
“Te advierto, ¡no vuelvas a hacerme pasar vergüenza en público! ¡Si vuelves a hacerlo, me enfadarás!”